En 2024, las grandes tendencias empresariales del mundo parecen ser la inteligencia artificial, la ciberseguridad y la preocupación por el calentamiento global. Para América Latina, no ha sido un año fácil en materia económica, pero tampoco en el aspecto medioambiental. El cambio climático ha hecho de las suyas, acarreando olas de calor, sequías e inundaciones.
Por eso, la 28ª Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUC) convocó a mandatarios y funcionarios de diversas naciones; líderes empresariales; científicos y otros actores que reman juntos para mitigar los impactos del calentamiento global.
“El cambio climático es la crisis de estos tiempos. Sin una colaboración público-privada y acciones concretas, veremos consecuencias cada vez más graves en nuestras vidas, negocios y economías. Por ende, el progreso que logremos en esta década será fundamental para las generaciones futuras”, afirma María de Wysocki, vicepresidente sénior y directora de sostenibilidad de la Oficina Principal de Sostenibilidad de Cisco.
De esta reflexión se desprenden diversas tendencias empresariales que deberían ser prioritarias, en 2024.
Tendencias empresariales ligadas al cambio climático
En 2015, el Acuerdo de París mediado por la ONU estableció un tratado internacional sobre el cambio climático. Para limitar el calentamiento global a 1,5°C, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) deben alcanzar su punto máximo antes de 2025 a más tardar y disminuir un 43% para 2030. En este contexto, se formularon planes y objetivos en todo el mundo.
De ahí que, en 2024, una de las grandes tendencias empresariales sea la preocupación por el cambio climático, que se ha hecho notar mediante altas temperaturas, sequías, desastres naturales y el aumento del nivel del mar.
“Cada cumbre climática marca un precedente en acuerdos y metas de carbono neutralidad, ya que la sostenibilidad y habitabilidad del planeta se hacen complejas de proyectar. Según Net Zero Tracker, aunque las empresas se están comprometiendo con objetivos netos cero, muy pocas cumplen con los criterios de las Naciones Unidas (ONU) para alcanzar el objetivo”, sostiene Claudio Ortiz, gerente general de Cisco Chile.
De hecho, en la COP28, casi 200 países alcanzaron un consenso histórico: reducir el consumo global de combustibles fósiles, triplicar la capacidad renovable a nivel mundial para 2030 y disminuir al máximo el uso de carbón.
Energía e inteligencia artificial
Otra de las tendencias empresariales que estamos viendo día a día en todo el mundo es la adopción explosiva de inteligencia artificial. No todos lo saben, pero los grandes modelos de lenguaje requieren de múltiples unidades de procesamiento de gráficos (GPU). De hecho, una GPU puede consumir entre 250 y 300 vatios de potencia por hora al entrenar un modelo.
La potencia informática utilizada por la IA para hacer millones de cálculos, clasificar, analizar y responder es alta. “La capacitación y ejecución de modelos de lenguaje implica un costo que permanece incluso después de que el software ha sido creado o entrenado inicialmente, generando costos, ineficiencias y emisiones de gases de efecto invernadero”, explica Claudio Ortiz, gerente general de Cisco Chile.
Hoy, en todo el mundo se necesitan soluciones y aplicaciones de inteligencia artificial que aporten rendimiento, capacidad, eficiencia y menor consumo de energía para reducir la huella de carbono.
Además, los gobiernos de todo el mundo deberán priorizar e incentivar redes inteligentes. “Muchas ‘redes eléctricas’ tradicionales ya están al límite y los fenómenos meteorológicos seguirán añadiendo estrés. En Estados Unidos, por ejemplo, la Corporación de Confiabilidad Eléctrica de América del Norte advirtió que gran parte de la red eléctrica corre un mayor riesgo de fallar durante las grandes tormentas o las largas olas de frío este invierno”, comenta María de Wysocki, directora de sostenibilidad de la Oficina Principal de Sostenibilidad de Cisco.
Igualmente, el crecimiento de las energías renovables exige una red más eficiente. “Las microrredes ya han comenzado a mostrar su viabilidad, lo que puede comenzar a alentar más ideas para aprovecharlas”, añade la ejecutiva de Cisco, quien reconoce la fuerte demanda energética de la inteligencia artificial.
Adiós al greenwashing
Eliminar prácticas engañosas como el greenwashing será otra de las tendencias empresariales de cara a los consumidores que exigen más transparencia y honestidad. “El antídoto para no caer en el ‘greenwashing’ es la transparencia. Necesitamos utilizar afirmaciones claras, emplear únicamente certificaciones confiables, evitar autodeclaraciones que perjudican al consumidor, no confiar únicamente en las compensaciones de carbono y, por último, empoderar y educar a los consumidores”, comenta Pablo Urbina, director de ESG de KPMG en Chile.
Pese a ser el último en el mapa de América Latina, el país trabaja en su regulación para alinearse a los estándares internacionales en los ámbitos social, medioambiental y de gobernanza.
“Más allá del concepto de ‘greenwashing’, las organizaciones deben autoinspeccionarse para cumplir con conductas y normativas que están elevando el estándar en múltiples ámbitos. Desde una Ley Karin que sanciona el acoso y la violencia laboral, hasta una Ley de Delitos Económicos y Ambientales que establece nuevos estatutos para ciertos ilícitos. Las compañías están respondiendo a estos nuevos estatutos mediante figuras de cumplimiento interno, auditoría y constante revisión”, señala Andrés Martínez, socio líder de Consultoría Tributaria de KPMG en Chile.
Sin embargo, el ejecutivo de la consultora recalca que las buenas prácticas deben impulsarse desde la alta dirección hacia abajo. “Sin el compromiso de todas las áreas de la empresa, la cultura de compliance no trascenderá ni generará el cambio interno deseado”, añade.
Si hay algo claro en 2024 es que la preocupación por el desarrollo sostenible es irrefutablemente una de las grandes tendencias empresariales. De hecho, según Verónica Torres, gerente de Sostenibilidad de la Cámara de Comercio de Santiago, nos enfrentamos a un cambio de paradigma que impacta a todas las áreas de las empresas. “Este es un camino sin retorno, que se construye a lo largo del tiempo con prácticas que permiten convertirse en una compañía más sostenible con una visión a largo plazo”, afirma.
En este sentido, la autorregulación podría ser la tónica en el continente. “Las tendencias de consumo sustentable están creciendo, pero paralelamente también lo está haciendo el ‘greenwashing’, muchas veces por desconocimiento. De ahí la importancia de contar con las herramientas necesarias y la asesoría de expertos en la materia”, sostiene Tamara Ortega, directora ejecutiva de Fundación Basura.
Ciberseguridad entre las tendencias empresariales
La ciberseguridad dejó de ser un tema exclusivo de quienes se dedican a las tecnologías de la información, para pasar a convertirse en una de las tendencias empresariales del año. Así lo demostró la recién promulgada Ley Marco de Ciberseguridad e Infraestructura Crítica de la Información, en Chile.
“Gestionar la ciberseguridad es un deber. No hacerlo es un potencial riesgo al crecimiento, estabilidad y desarrollo del país. Todos los Estados a nivel global se encuentran, en diferentes etapas, dialogando para estructurar leyes y marcos normativos que doten a las instituciones, herramientas y capacidades necesarias para enfrentar al cibercrimen”, explica Walter Montenegro, gerente de Ciberseguridad de Cisco Chile.
Sin embargo, aumentar la oferta de profesionales especialistas en seguridad de la información es un desafío pendiente no sólo en Chile, sino en toda la región. “Crear y fomentar los talentos digitales que nos ayudarán en el futuro es fundamental para enfrentar el cibercrimen. Los incidentes de ciberseguridad están a la orden del día y, aun cuando se utilizan todas las capacidades tecnológicas, son imposibles de gestionar en su totalidad. Por eso, tenemos que seguir alentando la colaboración público, privada y académica”, afirma Juan Marino, líder de Ciberseguridad de Cisco para Latinoamérica.
Según el especialista, academia e industria deben trabajar en conjunto para responder al déficit de talentos e impulsar la formación de nuevos especialistas que ayuden a enfrentar un problema global.
“La colaboración entre el sector privado y las instituciones educativas es esencial para abordar la escasez en campos técnicos y profesionales, especialmente en el de la ciberseguridad. Al alinear la educación con las necesidades del mercado laboral y proporcionar oportunidades prácticas, generamos alianzas que nos benefician mutuamente”, precisa Nicolás Sánchez, docente de Duoc UC.
En opinión del profesor, la conexión de la academia con la industria es clave para estar al día sobre los ataques y vulnerabilidades que están afectando a las empresas. “El interés de los estudiantes ha crecido bastante en los últimos semestres, ya que ven estos ataques en las redes e incluso en las noticias y quedan con ganas de aprender cómo se hizo y cómo prevenir, para no ser una futura víctima”, comenta.
Prevenir el cibercrimen es tarea de todos. Aunque la ciberseguridad se considere una de las grandes tendencias empresariales, también los ciudadanos -como usuarios de la tecnología- deben hacer su parte. “Es urgente seguir fomentando más espacios de conversación que ayuden a desarrollar políticas y acciones prontas y mancomunadas”, afirma Claudio Ortiz, gerente general de Cisco Chile.
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