La llegada de la conexión 5G está a la vuelta de la esquina, y marcará un cambio significativo en muchos aspectos de la vida cotidiana, incluido, por supuesto, el uso de los automóviles. En consecuencia, surge la inevitable pregunta: ¿cómo afectará el 5G a los automóviles? Veamos si podemos averiguarlo.
Empecemos con una definición de 5G. Estas siglas se refieren a la nueva conexión inalámbrica de banda ancha a Internet, que se denomina «de quinta generación». Con su llegada, tanto la cobertura como la velocidad de conexión mejorarán notablemente. De hecho, serán hasta 100 veces más rápidas que la fibra óptica actual, lo que hará que las descargas de datos sean aún más rápidas.
Pero la revolución del 5G no acabará ahí; la latencia (el tiempo que transcurre entre el envío de una petición y la recepción del primer bit de respuesta) se reducirá drásticamente, permitiendo que los dispositivos activados reaccionen mucho más rápido.
El Internet de las cosas como figura en la siguiente infografía publicada en icomo se beneficiará enormemente de la llegada de la conexión 5G y de la drástica reducción de la latencia. Por decirlo de otro modo, prosperarán (aún más) las casas, la ropa y los accesorios, así como los coches conectados. Y, por supuesto, el coche autónomo se convertirá en una realidad mucho más realista.
La llegada del 5G y los coches autónomos
La llegada del coche autónomo depende de la disponibilidad de una conexión 5G. Y es fácil saber por qué. El funcionamiento del coche autónomo se basa en el procesamiento de una gran cantidad de datos procedentes de sus diferentes sensores, radares y cámaras. Por ello, una conexión mucho más rápida (como el 5G) y con menor latencia permitirá a la inteligencia artificial del coche autónomo operar con un grado de seguridad y fiabilidad mucho mayor.