La resistencia al cambio es parte de la historia de la humanidad. Cada hito que ha desafiado el status quo ha estado marcado por la oposición de quienes prefieren apegarse a lo conocido, antes que confiar en una nueva teoría o en una forma distinta de hacer las cosas.
La firma electrónica -regulada por la Ley 19.799 del año 2002- había sido subutilizada hasta la pandemia, desatada luego del primer brote de COVID-19 en el mundo, a fines de 2019. Pero, todo cambió cuando tuvimos que encerrarnos en nuestras casas, debido a las restricciones que buscaban disminuir los contagios.
En los últimos cuatro años, más de 1 millón de firmantes han elegido el cambio, sustituyendo la firma de puño y letra en papel por la comodidad y seguridad que ofrece FirmaVirtual.legal, que no solo logró generar alianzas con las notarías más vanguardistas de Chile, sino también cruzar la frontera para contribuir también a la calidad de vida de peruanos y mexicanos.
Sin embargo, aún queda camino por recorrer y resistencia por vencer. Recientemente, se hicieron públicos los mensajes de un notario que -sin pelos en la lengua y negándose a la digitalización- le comentó a una colega que “nadie tiene vocación de notario”. No podía estar más equivocado.
A la fecha, son varios los ministros de fe que discrepan con el argumento de su “colega”, que aseguró que el “lucro” era lo que movilizaba a las notarías. Así lo demuestran quienes -hasta la fecha- mantienen alianzas con FirmaVirtual, para entregar un mejor servicio y mejorar la calidad de vida de las personas, al evitarles filas y traslados.
La “vocación de notario” existe y se refleja en la certificación y protocolización notarial 100% en línea de miles de contratos. Pero, como ha sucedido frente a cualquier cambio histórico, tampoco han faltado quienes continúan resistiéndose a la transformación.
¿Miedo a lo desconocido? ¿Falta de vocación de servicio público? Sin importar la razón, la era digital no se detendrá y quienes elijan mantenerse en la estación de procesos obsoletos y engorrosos, simplemente, se quedarán atrás.
La adopción de nuevas tecnologías en el ámbito notarial no solo favorece la accesibilidad y la productividad, también se alínea con la urgente necesidad de mitigar el impacto de las actividades productivas, el transporte y el consumo de los millones de litros de agua que requieren los árboles utilizados en la fabricación de papel.